Como siempre, es una masa sensorial elaborada con materiales no tóxicos y comestibles. No es fácil acercaros muchas plastilinas y pastas que sean tan inocuas, así que en cuánto veo alguna adecuada… ¡no dudo en mostrárosla!
Hacer nieve artificial es tan sencillo como mezclar bicarbonato sódico con agua. El bicarbonato de sodio es una sal con muchísimas utilidades. Principalmente se usa en repostería, para conseguir que los pasteles se eleven más, o para reducir la acidez de estómago, así que es comestible (aunque cuidado, no quiere decir que se puedan meter un atracón, ¿eh? Solo que si os despistáis y se meten algo en la boca no pasa nada).
Hay otras recetas de nieve artificial que usan espuma de afeitar o suavizante, imagino que ayuda a compactar más la masa. A mí me parece que con bicarbonato y agua ya queda genial y me ahorro el disgusto de que ingiera esas cosas o las manosee en exceso. Si tenéis niños mayores y queréis probar la versión con espuma de afeitado, es tan sencillo como en vez de añadir agua ir añadiendo poco a poco la espuma, hasta tener la consistencia adecuada.
INGREDIENTES Y MATERIALES
- 3 vasos de bicarbonato de sodio
- 1 vaso de agua fría (¿Por qué la nieve siempre está fría no? jejeje)
- 1 bol o cuenco en el que mezclar los ingredientes
- Purpurina blanca (es opcional)
PROCEDIMIENTO
Lo primero que hay que hacer es verter los 3 vasos de bicarbonato sódico en el cuenco, después ir añadiendo poco a poco el agua y mezclar hasta tener la textura adecuada.
La idea es que toda la sal quede mojada pero no encharcada, por eso os recomiendo ir poniendo el agua poco a poco hasta que tengáis la textura adecuada. A lo mejor no os lo creéis… pero tiene un tacto muy, muy parecido a la nieve. Me he quedado sorprendidísima de que sea tan similar, incluso su temperatura, por más que moldees la masa y la tengas en la mano… sigue notándose fresca y húmeda como la nieve.
Si le queréis dar un toque aún más real… podéis añadir algo de purpurina blanca, que hará que la nieve tenga ese aspecto brillante que tiene en la realidad, cuando le da la luz del sol. En las fotos cuesta de ver ese efecto, pero de verdad que queda muy chulo.
OPCIONES DE JUEGO
La opción principal es el juego libre, los niños ya alucinarán tocando esa textura y observando que pueden jugar con nieve dentro de casa. Pero si queréis enriquecer el juego y favorecer algunos descubrimientos podéis dejar a su alcance los siguientes materiales:
– Todo tipo de potes, cuchillos de plástico y moldes. La masa permite hacer formas de cualquier clase.
– Muñecos de varios tipos.
Una de las cosas más divertidas de la nieve es que al pisarla quedan
las huellas grabadas, ¿verdad? Pues esa experiencia también se puede tener en casa, jugando con los muñecos sobre la nieve. Incluso nosotros podemos estampar algunos pies en la nieve y que los niños tengan que reconocer a qué muñeco pertenece cada huella.
– Motos o coches. Los vehículos también pueden pisar la nieve y dejar el rastro de sus neumáticos.
Por último, los niños pueden hacer figuras sin ningún tipo de soporte ni molde, solo con las manos. Se puede crear bolas, muñecos de nieve… lo que se les ocurra.
Quiero terminar diciendo que es una masa que no mancha y que es muy limpia, por su textura no se esparce en exceso y todos los utensilios que hayan usado los peques se limpian pasándoles un poco de agua.
Agradecimientos a la fuente Tierra en las manos.
0 comentarios:
Publicar un comentario